En Argentina, en Buenos Aires se está experimentando el boom de la “spicy food”. Este fenómeno tiene diversos orígenes, por un lado, se debe en parte a la globalización, y en parte gracias a los viajes y a la curiosidad culinaria de una generación de jóvenes “foodie” que, ayudados por el arraigo de la cocina peruana y la “cilantrización” de la gastronomía porteña cada vez optan más por sabores picantes y especiados.